Entre todos sus edificios relevantes sobresale principalmente el castillo. Para entrar en el hemos de atravesar su puerta principal del siglo XI, un arco de herradura que nos permite acceder al patio principal y al patio de armas. Las vistas de toda la comarca que nos permiten sus almenas no tienen parangón. Los duques de Medina Sidonia construyeron el castillo en el siglo XIV y ya en el siglo XIX sufrió una nueva remodelación que es la que podemos disfrutar ahora después de que en 1931 fuese declarado Monumento Nacional.

Si uno va a Vejer además del castillo también tendría que visitar el convento de la Concepción, la iglesia parroquial del Divino Salvador, el santuario de nuestra Señora de la Oliva. En todos estos edificios se superponen diferentes estilos que dan fe de cómo las diferentes culturas han ido dejando su huella sin borrar por ello las señas de identidad de los pueblos que las poseyeron con anterioridad.

En la actualidad tanto Vejer como su entorno privilegiado de huertas y playas, (El Palmar, Mangueta y Castilnovo) y algunas pedanías llenas de encanto rural como son La Muela y Santa Lucía con un histórico acueducto de la época de los romanos y que se han convertido en los últimos años en motores del turismo rural en esta zona,  guardan un perfecto equilibrio económico y social que se traduce en una alta calidad de vida y en una mirada optimista hacia el futuro.

Si hay una playa que los surfistas tienen en la memoria esa es la del Palmar. Algo más de cuatro kilómetros de fina arena les permiten encontrar el punto adecuado para buscar esas olas de tubo imposibles con las que todos nos hemos recreado aunque haya sido simplemente por televisión. Es una playa absolutamente salvaje y sin embargo perfectamente atendida. La Q de calidad turística que luce atestiguan esa garantía de playa en perfectas condiciones para la práctica de todo tipo de deportes y actividades marinas.

La presencia de dunas es otra de sus características y le dan a la Playa del Palmar una personalidad propia. En algunos tramos de la playa las dunas hacen de barreras naturales que la fragmentan y permiten cierta privacidad. Sobre algunas de ellas se han construido pasarelas de madera que dan acceso directo a la playa. Todo está perfectamente señalizado en El Palmar y a pesar de su entorno tan natural es fácil encontrar en los alrededores hoteles, casas rurales, restaurantes y todo tipo de alojamientos entre los que escoger el que más nos pueda convenir por nuestros gustos y necesidades.

Los cabos de Trafalgar y Roche delimitan este espacio paradisíaco y las diferentes torres que se ven dispersas en el paisaje ya no son sino vestigios de un pasado en el que se vivía con continuo sobresalto debido a las posibles invasiones provenientes del norte de África. Piratas, bandoleros, pueblos enteros invasores acechaban estas tierras con la esperanza de hacerse un hueco en ellas. En la actualidad dichas torres dan un aspecto propio a todo el litoral gaditano y no hacen sino evocar ese pasado.

La gastronomía de Vejer posee influencias diversas aunque la más relevante es la que queda de la época de la dominación árabe que se manifiesta preferentemente en los dulces como rosquillas, buñuelos, pestiños, ... En semana santa elaboran un pan duro muy típico hecho a base de harina, huevos, azúcar, almendras y algunos otros ingredientes para condimentar y aromatizar toda esta mezcla que una vez amasada y fermentada se cuece en el horno. También es muy característico el potaje de castañas que además de éstas lleva alubias y un buen sofrito. Por supuesto la base de la alimentación está en los productos de la huerta y en los pescados y mariscos de la vecina costa atlántica.

Ya no son épocas en las que los productos artesanos tengan una utilidad práctica muy determinada pero aún así aún queda quien sigue trabajando el mimbre o el barro aunque la finalidad de toda la producción que se realiza es más emotiva y decorativa que práctica: tallas de madera, vasijas de barro, reproducciones en miniatura,...

¿Y de las fiestas qué podríamos decir? Como buen pueblo gaditano los carnavales tienen un sabor y un humor especial aquí en Vejer. La llamada Cabalgata del Humor recorre todas sus calles. Y la semana santa otro tanto. Los costaleros recorren las empinadas calles de la localidad con su Jesús Nazareno, o el Santo Sepulcro o la Soledad, según el día. Llama la atención la nueva tradición de los toros embolados del domingo de resurrección.

La feria de primavera tiene lugar cada mes de abril y en ella son protagonistas principales el ganado vacuno y los caballos aunque en torno a ellos se organizan todo tipo de concursos de bailes regionales, corridas de toros, casetas en las que brilla el flamenco, etc.

Un día único es el 7 de mayo, día de la romería en el que se sale al campo, al Santuario de la Virgen de la Oliva a 5 km.

Como en miles de lugares el 23 de junio tiene lugar la Candela de San Juan. En Vejer se queman los juanillos y a continuación se sacan tres toros de fuego en la Palaza de España.

Las fiestas patronales se producen en pleno mes de agosto. Son 15 días, entre el 10 y el 24, en los que tienen lugar todo tipo de actos culturales, sociales, recreativos y religiosos. El día más relevante es el 15 ya que se realiza la procesión de la Virgen de la Oliva y por  la noche una fiesta flamenca que ha sido declarada de interés turístico.